Empezó un nuevo año y posiblemente hayas realizado un balance de lo acontecido del año que se fue. Desde hace un tiempo, cuando llega ese momento, escribo un listado de aquellas personas que por distintas circunstancias he conocido o con aquellas otras con las cuales me he reencontrado después de un largo tiempo. Es imposible evitar sorprenderse de las cosas que surgen a partir de esos encuentros pero a la vez me digo «qué casualidad, dónde me lo vengo a encontrar, pero qué coincidencia» O tal vez me pregunto «¿como apareció esta hermosa persona en mi camino?»
Debo reconocer que no tomo conciencia en el momento de ese milagro, pero para no desaprovechar esa oportunidad que la vida me da estoy haciendo hincapié cada vez más en esa cuestión.
A propósito, te tejo parte de la introducción del libro Sincrodestino, de Deepak Chopra, que tiene que ver con este tema.
Los milagros ocurren todos los días, aquí mismo, en nuestras vidas. Brotan desde su fuente oculta, nos rodean de oportunidades y desaparecen. Son estrellas fugaces de la vida cotidiana. Estas estrellas son tan poco frecuentes que nos parecen mágicas, pero en verdad, surcan el cielo de manera constante. Solo que no las notamos durante el día, porque estamos deslumbrados por la luz del sol y en la noche únicamente son visibles si volteamos hacia el lugar correcto.
Podemos optar por percibirlos o ignorarlos, sin reparar en que nuestro destino, puede depender de un hilo. Sintoniza con la presencia de los milagros y al instante la vida se transformará en una experiencia deslumbrante, más maravillosa y emocionante de lo que jamás imaginaste; ignórala y una oportunidad se habrá ido para siempre.
La pregunta es: ¿Reconocerías un milagro si lo vieras? Si lo reconocieras, ¿qué harías? Y si de alguna forma pudieras orquestar tus propios milagros, ¿cuál elegirías?
Creo que cada coincidencia es un mensaje, una pista sobre un aspecto particular de nuestras vidas que requiere atención. Actúan como esa voz interior que todos llevamos adentro a la que debemos hacer caso. Si prestas atención a la coincidencias de la vida, podrás aprender a escuchar sus mensajes claramente, si comprendes las fuerzas que moldean las coincidencias, puedes llegar a influir sobre estas y crear un conjunto propio de coincidencias significativas, aprovechar las oportunidades que te ofrecen y experimentar la vida como un milagro en constante desarrollo que inspira admiración en todo momento.
Cuando vivimos valorando las coincidencias y sus significados, nos conectamos con el campo subyacente de posibilidades infinitas. Aquí empieza la magia. Éste es un estado al que llaman sincrodestino, en el que es posible alcanzar el cumplimiento espontáneo de todos nuestros deseos. El sincrodestino requiere que ingresemos en la profundidad de nuestro interior y, al mismo tiempo, que tomemos conciencia de la intrincada danza de coincidencias que hay afuera, en el mundo físico.
Te deseo un muy buen año.
Por Cristian Kulzer