En el camino de transformar su profesión en un éxito, muchos odontólogos enfrentan un obstáculo clave: su propia percepción de valor. Este desafío, profundamente personal, trasciende lo económico y se refleja en cómo se desempeñan como clínicos, dueños de una clínica, disertantes o líderes de servicios odontológicos.
El problema no suele estar en sus conocimientos clínicos ni en su vocación por su trabajo, sino en su motivación y autoestima profesional. ¿Cuántas veces un odontólogo se ha preguntado: “¿Estoy cobrando lo justo por mi trabajo?”, “¿Soy realmente competente en lo que hago?” o incluso “¿Los pacientes valoran mi propuesta?”.
La autoestima, según diversos enfoques psicológicos, es una combinación de pensamientos, sentimientos y evaluaciones sobre uno mismo.
Pero para los odontólogos, esta autovaloración se ve influenciada por múltiples factores externos:
Las críticas, la competencia, las expectativas de los pacientes y, en muchos casos, el reconocimiento que reciben por su trabajo. A esto se suman las condiciones del sistema de salud, los miedos para pasar presupuestos elevados, y el comportamiento cambiante de una sociedad de consumo, que muchas veces prioriza el precio sobre la calidad del servicio. Estas dinámicas pueden generar un impacto significativo en la percepción que los profesionales tienen de su propio valor, afectando no solo su autoestima, sino también su capacidad de tomar decisiones estratégicas en beneficio de su práctica.
La percepción del valor por los pacientes y el equipo
Es importante recordar que los pacientes no solo buscan tratamientos, también buscan confianza. Si como profesional dudas de tu propio valor, los pacientes lo perciben. Esto afecta cómo valoran tus servicios y su disposición a aceptar los tratamientos que ofreces. Una autoestima baja puede traducirse en precios poco competitivos, inseguridad al comunicar un plan de tratamiento o incluso en evitar discutir el valor real de tus servicios
Modalidades de autoestima: ¿en cuál te encuentras?
Hugo Lerner en el libro “Los sufrimientos 10 psicoanalistas-10 enfoques” distingue entre cuatro modalidades de autoestima que ayudan a entender cómo las personas enfrentan los desafíos:
- Alta y estable: Estas personas no necesitan defender su autoestima porque se defiende sola. Confían en su valor, reconocen sus límites y aprenden de los fracasos. En el mundo odontológico, son aquellos que pueden recibir una crítica constructiva sin cuestionar su habilidad profesional.
Si te reconoces en esta modalidad, ¡felicidades! Aprovecha tu confianza para liderar nuevos proyectos.
- Alta pero inestable: Aquí la autoestima es frágil pese a ser elevada. Los profesionales con esta modalidad tienden a sentirse amenazados por críticas o fracasos, lo que los lleva a buscar aprobación constante. ¿Te suena familiar la necesidad de “impresionar en las redes sociales” a los pacientes para sentirte validado?
Trabaja en aceptar críticas como oportunidades de aprendizaje. Busca actividades fuera del ámbito profesional que refuercen tu seguridad interna.
- Baja e inestable: Estos odontólogos suelen dudar de su mérito, incluso si reciben elogios. Están a merced del juicio de los demás, y el éxito no les genera satisfacción. Esta modalidad puede derivar en el conocido síndrome del impostor.
Enfócate en pequeños logros diarios y busca apoyo en un mentor o coach que te ayude a fortalecer tu confianza y superar el síndrome del impostor.
- Baja y estable: Las personas en esta categoría tienden a evitar riesgos y se conforman con “lo que hay”. Muchas veces, los odontólogos con este perfil se resisten a implementar cambios en su clínica o a invertir en su desarrollo por miedo al fracaso.
Enfócate en pequeños logros diarios y busca apoyo en un mentor o coach que te ayude a fortalecer tu confianza y superar el síndrome del impostor.
Estrategias para fortalecer la autoestima profesional
La autoestima no es fija; cambia y se puede trabajar. Es uno de los pilares para construir una carrera exitosa y un negocio rentable. Como odontólogo, no solo eres un proveedor de servicios, eres un agente de cambio en la vida de tus pacientes. Pregúntate: “¿Cuánto valgo para mí y para quienes me rodean?”. La respuesta a esta pregunta no solo determinará tu crecimiento personal, sino también la percepción que los demás tienen de ti y de tu trabajo.
¿Qué puedes hacer hoy para cambiar?
Empieza por reflexionar sobre cómo te valoras. Haz una lista de tus logros, revisa tus precios y plantéate metas alcanzables. Si necesitas apoyo, considera buscar un mentor o participar en comunidades de colegas.
Transformar tu consulta dental empieza con un paso: reconocer tu valor. Da ese paso hoy, y verás cómo impacta en tu confianza, en tus pacientes y en tu futuro profesional.
Un saludo!