Tomando como punto de partida la frase de «una imagen vale más que mil palabras», la sonrisa adquiere cada vez más peso a la hora de transmitir una buena imagen global de nosotros mismos.
Hay una positiva relación entre las personas que saben sonreír frecuentemente y sus resultados en ventas, porque es más fácil ganarse la amistad de un paciente cuando se lo recibe y se lo trata con una sonrisa.
Una sonrisa franca es sinónimo de felicidad, atenúa el estrés al hacernos liberar endorfinas. El cerebro automáticamente registra que “algo debe andar bien” y todo el cuerpo responde en coherencia con dicho mensaje.
Pero cuando comenzamos una nueva relación con el paciente no solo es importante generar empatía – a través de nuestra sonrisa – sino que además es necesario mantener un contacto visual que transmita qué tan honestos estamos siendo y/o qué tan importante es para nosotros su problema. Podemos ser excelentes profesionales, contar con habilidades destacadas y tener un trato amable, pero si permanecemos con un rostro serio e inexpresivo nunca le dotará a una relación la calidez y la confianza que otorga una sonrisa.
Es muy importante un contacto visual confiable combinado con una sonrisa auténtica, porque de ésta forma se distingue cuanto nos complace nuestro trabajo y esa satisfacción se transmite al paciente. Además ayudan a establecer una conexión emocional ideal con los pacientes, de manera que asegure la preferencia de éstos por tu servicio.
Convertí tu sonrisa en tu mejor carta de presentación y tu contacto visual como un soporte para tu negociación.
Por Dr. Cristian Kulzer