Cuando nos metemos y hablamos desde las neuroventas nos damos cuenta que no existe lo bueno o lo malo por sí mismo, sino que es solo la conclusión de las memorias y de las percepciones creadas. Simplemente hay diferentes memorias que clasifican la información de distintas maneras entre ellas en categoría de lo bueno y lo malo.
Cuando un paciente nos objeta un tratamiento, porque alguien le dijo que era malo, o le fue mal, ahora tenemos motivos para argumentar y dar vuelta esa situación. “Perdón, ¿malo porque, que es malo para esa persona”? o yo leí que no era tan buen producto, o no tenía buenos resultados…. ¿Que es bueno o no tan bueno para vos?
Siempre que se hable de percepción, tene presente que a futuro son recuerdos, y si éstos son negativos termina siendo un problema serio y difícil de revertir, y en salud más aún. En el consultorio el paciente concurre con una valija llena de emociones, sensaciones y experiencias que cuando son negativas pensamos… ¿Por qué no nos dedicamos a otra cosa? ¿Por qué se me ocurrió estudiar odontología?
Dependiendo de la profundidad de la emoción provocada y las características de esas experiencias vividas, modificarla puede ser una tarea muy fácil o muy difícil.
Lo principal es demostrar a través de otras experiencias, imágenes, textos, folletos, artículos de diarios o revistas especializadas y de ser posible que el paciente se lleve parte del material para que continúe con la lectura en su casa. Estos artículos generan un cambio de percepción en el paciente más aún si se tratan de revistas o medios conocidos, mucho más que si el mismo comentario sale de tu boca.
El cerebro necesita herramientas que encima no cuestan nada, para poder revertir esas percepciones negativas sobre alguna experiencia.
por Dr. Cristian Kulzer