En las clínicas dentales como en cualquier otra empresa o negocio, existen diversos factores que funcionan como un semáforo, que nos dan una señal indicándonos que el ambiente y los resultados esperados no se están concretando como corresponde.
Seguramente se verá como un barco que cambia de rumbo según sople el viento cada día, o en el peor de los casos, un barco sin rumbo.Para clarificar la idea, aquí les dejo algunos ejemplos:
Dedicar la mayor parte del tiempo a tareas menores o a los problemas de cada día, siendo sólo operativo, dejando de lado lo clave de cada área o sector.
Dispersión general y desánimo. Falta de motivación del personal a cargo y por sobre todas las cosas, la de liderazgo. Clima laboral altamente afectado.
Mensajes contradictorios, menos comunicación entre las áreas; cada persona que trabaja en la clínica “hace lo que está al alcance”.
Diversificación en el servicio, abandono de la especialidad o de identidad que le dio origen.
Confusión en los números, ausencia de datos claves, como consecuencia pérdida de la rentabilidad y flujo de caja.
Política de precios errática, arbitraria y confusa. Perdida de beneficios para los pacientes.
Rigidez general para adaptarse a situaciones cambiantes. Falta de velocidad de reacción. Falta de compromiso de la gente.
Estado deliberativo y de conflicto permanente, en particular sobre temas secundarios y de escaso valor para el crecimiento de la clínica.
Confusión en los roles y en el ejercicio de la autoridad.
Si tu clínica dental presenta algunos de estos síntomas, es muy importante que le dediques el tiempo necesario para mejorar el clima laboral y tu servicio, porque la mejor forma de predecir el futuro es creándolo.
Para ello, debemos recordar siempre las siguientes frases:
“No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”
«Si no lo podemos planear, menos aún lo vas a poder realizar»
Por Dr. Cristian Kulzer