Quizás muchas personas que lean este artículo pueden sentirse identificadas, porque:
¿Quién alguna vez no ha postergado objetivos, metas o actividades?
No contar con el tiempo suficiente, o tener algún imprevisto, y postergar una u otra tarea es normal. Pero cuando esa actitud se vuelve rutina y afecta el desempeño laboral y el desarrollo personal se trata de un hábito: procrastinar.
Esa situación, de alguna manera, nos da respiro y la sensación de más “aire”, nuestra mente se queda tranquila por unos instantes, pero todo vuelve cuando aparece nuevamente esa idea y se convierte en una carga como una mochila en la espalda.
Quienes procrastinan evitan cumplir con sus responsabilidades ocupándose, en cambio, de cosas más simples o placenteras que no le significan un esfuerzo mental y emocional tan grande.
Los motivos que suelen presentarse en el trabajo son variados de acuerdo a la magnitud del propósito, pero las más frecuentes son:
- Falta de conocimiento
- Falta de tiempo
- Falta de decisión
- Falta de claridad
- Falta de acompañamiento
- Falta de dinero
Pero también postergar sueños y metas también puede deberse a un afán de perfeccionismo, miedo a fallar o incluso tener baja autoestima. Por ello es muy importante que reflexiones acerca de las causas principales por las que estás o podrías estar en el círculo vicioso de la postergación continua.
Como cualquier cambio de hábito, vencer la procrastinación ocurrirá poco a poco y no de la noche a la mañana. La buena noticia es que este mal hábito puede erradicarse si implementas en tu vida diaria los siguientes consejos.
1. Identifica un patrón
Observa tu rutina, percibe en qué momentos buscas excusas para procrastinar y también apunta los horarios del día en los cuales eres más productivo. Haz anotaciones y entiende qué tipos de tareas te dan más placer y por qué. Después analiza y crea estrategias para disminuir los malos hábitos para dar lugar a los buenos.
2. Haz una sola cosa a la vez
Muchas personas creen que realizar varias tareas al mismo tiempo es sinónimo de productividad. Pero eso puede ser también un signo de procrastinación. Al hacer muchas cosas al mismo tiempo, postergas la entrega de todas y no terminas ninguna con buena calidad. Por eso, lo mejor es dividir grandes tareas en pequeñas partes y crear metas para cada una de ellas.
3. Trabaja por lapsos cortos
Cuando estás comenzando un proyecto, que puede parecer una tarea enorme que te va a consumir mucho tiempo, en lugar de trabajar por horas y horas destina lapsos de 30 o 50 minutos efectivos en los que sólo te dediques a esta actividad.
4. Organiza tu semana
Desígnales horarios específicos y anota las fases que las componen, así como los detalles a considerar en cada una de ellas.Así, cada semana tendrás una visión completa de tus responsabilidades, lo cual te ayudará a cumplir en tiempo y forma con ellas. Además, de este modo tendrás la posibilidad de hacerle ajustes a tu estrategia y adaptarte ante los cambios e imprevistos que surjan.
5. Prioriza lo que debes hacer primero
Entender la importancia de cada tarea y las responsabilidades que ellas conllevan nos hace procrastinar menos en tareas corrientes. Una forma de priorizar es categorizar las tareas definiendo un cierto número de criterios y asignándoles puntuaciones del 1 al 5, por ejemplo. Luego, se deben sumar los puntajes asignados a los distintos criterios para obtener una puntuación general para cada tarea y así categorizarlas según su prioridad.
6. Haz planes contemplando imprevistos
Dejar tareas para última hora es muy arriesgado, pues causa dependencia de factores externos que no los manejas únicamente tú. Puedes enfermarte, puede faltar luz, Internet puede parar de funcionar, un familiar puede necesitar de ti y la tarea quedará para después.
7. Pide ayuda
Pide ayuda y aliento siempre que de verdad lo necesites. Trabajar solo muchas veces resulta complejo. Si eres una persona activa o emprendedora seguro que enseguida te apuntas a todo proyecto que te parezca interesante, pero si luego no acabas ni la mitad estás perdiendo tiempo y energía.
Dejar de procrastinar es posible
No siempre es fácil encontrar el camino para saber cómo dejar de procrastinar, pero con disciplina y organización comenzarás a ver los cambios.
Además de las sugerencias que te dimos aquí para tu cambio a nivel personal, es necesario que analices otros factores externos, como el ambiente en que trabajas y el contexto en el que vives.
Esto te ayudará a entender qué puedes modificar y qué no para poder seguir adelante y tener éxito. Contar con el apoyo de tu entorno es muy importante.
Y ahora que lo entiendes, si trabajas con alguien que tiene este hábito también debes poner en práctica tu empatía para que esa persona siga creciendo. Sin dudas, esto les traerá muchos beneficios a ambos.
Ya lo sabes: no hay pretexto que valga ni plazo que no se cumpla. Nada puede detenerte cuando sabes cómo cumplir con tus actividades en lugar de postergarlas.
Como bien dijo Thomas J. Vilord: “Si usted tiene metas y postergación, no tiene nada. Si tiene metas y emprende la acción, tendrá todo lo que quiera”.
Por Cristian Kulzer