Los 6 errores más comunes en el uso del FODA

fodack

Así como un martillo en manos de un carpintero puede construir maravillas, en manos de un loco se transforma en un arma. De igual forma, el FODA es una herramienta cuyo éxito depende de la forma en que se utilice.

Siendo una de las herramientas más difundidas, el análisis FODA consiste en identificar las Fortalezas y Debilidades de una idea, proyecto o negocio, y asociarlas con las Oportunidades y Amenazas que nos presenta el entorno. Mucho se ha escrito sobre la misma y es frecuente su utilización en todas las áreas de una empresa.

El FODA se ha convertido en un elemento imprescindible en todo plan de negocios y análisis estratégico, ya que obliga a analizar las variables internas y externas, tanto buenas como malas. Pero debido a que su concepto y uso es muy sencillo, la herramienta tiende a perder eficacia en manos inexpertas, normalmente concluyendo en una pizarra u hoja de papel con cuatro columnas, en donde se tratan de entender las variables y ver cómo poder mejorarlas.

Pero hay algo más que el FODA puede permitirnos y, para ello, debemos considerar una serie de aspectos.

Los 6 errores más comunes en el uso del FODA

  1. La ensalada: la mayoría sabe qué significa FODA, al igual que saben que las F y D son internas; mientras que las O y A son externas; pero a la hora de identificar las variables que serán la fuente del análisis, se empiezan a confundir Fortalezas con Oportunidades y Amenazas con Debilidades. Es algo más común de lo que parece. Las Oportunidades y Amenazas son eventos/situaciones/tendencias que afectan tanto a nuestro proyecto/negocio/idea como a los demás (por ejemplo, competidores). Normalmente, no podemos controlar esas variables; las Fortalezas y Debilidades son propias de nuestro emprendimiento, y tenemos forma de incidir en ellas para potenciarlas o reducirlas, según corresponda.
  2. Dime con quién andas: decir que nuestras fortalezas son «certificamos ISO 9000, tenemos financiación sin interés, contamos con un local ubicado en una de las principales avenidas…» es otro error si no tenemos en cuenta el contexto. Para definir una fortaleza no debemos pensar en nosotros, sino en nuestro cliente y competidores. Un atributo es una fortaleza siempre y cuando agregue valor y nuestro competidor no lo tenga: lo de la norma ISO 9000 suena muy bonito, pero si nuestro cliente es un consumidor final que no conoce o valora la norma, y/o nuestros competidores también tienen el certificado, no es una fortaleza. Somos fuertes o débiles de acuerdo a quién tengamos enfrente, por lo que no llenemos renglones y renglones con deseos o atributos que poco pueden ayudarnos a definir una estrategia, al contrario, pueden desviarnos el foco de atención.
  3. FodA: esta observación puede no darse en todas las empresas por igual, pero vale la pena destacarla. Tendemos a hacer un GRAN listado de fortalezas, mientras que nuestras debilidades son difíciles de encontrar. Incluso pueden aparecer las «falsas debilidades» como «soy demasiado exigente con mi trabajo». De igual forma, tendemos a listar muchas amenazas provenientes del entorno, mientras que las oportunidades parecen ser escasas. Desde luego, es un efecto cultural y – como tal – depende del lugar e historia de quien realice el análisis. Un buen FODA debe forzarnos a listar de 5 a 10 elementos por cada área (F, O, D y A).
  4. Para el cuadrito: muchos FODA terminan en un lindo listado que la gente mira y del que algunos pueden obtener algunas ideas: «vemos cuales son las debilidades, y vemos cómo podemos eliminarlas». El secreto está en cruzar la información: F+O nos permite potenciar nuestras acciones para generar estrategias de índole agresiva. Vinculando D+A podemos ver cuán crítica es nuestra situación ante las amenazas del entorno, tratando de desarrollar capacidades, habilidades o recursos que nos permitan defendernos de esas situaciones. F+A y D+O son las otras alternativas que debemos forzar relacionar, a efectos de – como causa efecto – poder construir estrategias que nos permitan aprovechar lo mejor de nosotros y del entorno.
  5. Eres lo que comes: muchas veces, el FODA se llena de impresiones personales que – como tales –parten de nuestros paradigmas. Así como el rendimiento del cuerpo humano depende de los insumos que le proveamos, esta herramienta necesita alimentos nutritivos para rendir adecuadamente. Por ende, construir el FODA requiere el desarrollo de un análisis más profundo (llámese plan de negocios, diagnóstico estratégico, etc.), de manera de no omitir ningún dato relevante del entorno interno o externo.
  6. Autismo empresario: finalmente, no estamos solos. Aunque parezca una verdad de Perogrullo, el hecho de realizar un análisis FODA no implica que podemos desarrollar una estrategia exitosa: nuestros competidores pueden realizar un análisis similar. Una forma de considerar al competidor es tratar de desarrollar su FODA: las amenazas y oportunidades nos alcanzan a ambos, y podemos suponer (sobre la base de respuestas pasadas, o información accesible) cuáles son sus fortalezas y debilidades y de qué forma podría reaccionar. Es como jugar al ajedrez: no sólo debo pensar en mi jugada sino en el movimiento posterior de mi adversario.

El FODA es una herramienta boba, que depende de la información que en ella coloquemos y la forma en la que procesamos la misma.

Te gustó el artículo?

Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir en Linkedin

Mis redes sociales

dejame un comentario

Scroll al inicio