Lo denominan intra-emprendedurismo y es la nueva idea para referirse a empleados que se desarrollan en un entorno innovador. Infobae consultó al experto en el tema Andy Freire
Hoy las grandes empresas ya piensan en intra-emprendedurismo. ¿De qué se trata? Es una nueva filosofía de pensar y actuar que viene de la mano de la inserción de los millennials –aquellos que cumplieron la mayoría de edad en el nuevo milenio– en el mercado laboral. Influenciados por grandes innovadores como Mark Zuckerberg o Steve Jobs, los más jóvenes están modificando la manera de ver el trabajo y el éxito. Esta nueva filosofía se asocia con la creación de un entorno en el que los empleados creativos puedan producir y de ello surjan ideas originales para nuevos productos y formas de trabajar.
Es el resultado del mundo moderno. Las organizaciones, a medida que crecen, se vuelven más burocráticas y conservadoras. Este entorno particular es el que sofoca a las personas con tendencia creativa. Así se genera una fuga de cerebros que es necesario resolver porque, sin innovación, las empresas se ponen demasiado «cómodas» con sus éxitos pasados y con el tiempo quedan fuera del mercado (como el conocido caso de la importante cadena de alquiler de películas y videojuegos Blockbuster, por ejemplo).
Es entonces cuando resuena el «espíritu emprendedor interno», un término popularizado por el investigador académico Howard Edward Haller, el consultor de gestión Gifford Pinchot III y Steve Jobs hace casi treinta años. Hoy es una tendencia en aumento. Empresas como Google, Netflix, 3M e Intel son reconocidas por sus esfuerzos en ese sentido. No es casual que sean algunas de las empresas con mejores rendimientos en el mercado.
Las empresas se están moviendo hacia un modelo de trabajo emprendedor
Esto significa formar grupos con mucha proactividad, autonomía, independencia y, a la vez, responsabilidad. Nacen así equipos de trabajo que no cumplen con pautas fijas dentro de estructuras preestablecidas, sino que se enfocan en alcanzar objetivos dentro de marcos estratégicos innovadores.
Claro que no es posible cambiar la ‘mentalidad’ de una empresa de un día para el otro. Romper el molde de las estructuras conservadoras lleva tiempo. «Requiere de un liderazgo muy lúcido, abierto y con la convicción de que en el cambio está la clave de las sostenibilidad de los modelos de negocios a largo plazo», señala a Infobae el emprendedor social y empresarial Andy Freire.
Libertad y responsabilidad
Estas dos palabras ya se constituyeron como pilares del nuevo paradigma emprendedor basado en la autogestión que actualmente ya demuestra resultados superadores en cuanto a la innovación y el éxito.
En Netflix, por ejemplo, se redujo la burocracia, se permite que los empleados tomen cuando y cuanto quieran de vacaciones, se pagan salarios altísimos, y rigen su cultura organizacional bajo este lema: «libertad y responsabilidad».
Google es otra de las empresas conocidas y pioneras de este modelo, con políticas como permitir, por ejemplo, que el 20% del tiempo de sus empleados lo dediquen a desarrollar cualquier idea que tengan ganas.
«Bajo esta perspectiva, un buen empleado no es el que cumple con las normas sino el que tiene la capacidad de administrar con criterio su libertad para alcanzar los objetivos comprometidos. Ya nadie pretende que un empleado se ponga la camiseta de la empresa, el anhelo es mucho más realista –y a la vez horizontal–: pretenden que se trabaje con ella», remarca Andy Freire y agrega: «Suelo decir que, en el fondo, es una forma que encontraron las empresas de evitar perder valor y de seducir a talentos que de otro modo tenderían a irse en busca de su propio proyecto».
Algunos de los productos que resultaron de esta filosofía de trabajo son: en Apple, los iPods, iPhones, iTunes y iCloud. En Google, Google News, AdSense, los autos sin conductor, Gmail, Google Glass y Google Earth. Además, la PlayStation dentro de Sony y las Post-It Notes dentro de 3M.
Cuáles son las características de una empresa «entrepreneur-friendly»
Establecer una organización de este tipo consiste principalmente en situar a todos los empleados en un entorno de trabajo innovador que los motive a proponer nuevos proyectos e ideas. Cómo reducir la burocracia y aumentar la motivación:
- Los altos directivos apoyan a sus empleados. No consiste en aprobar pasivamente todas las propuestas, sino participar activamente en la creación de las mismas, compartiendo experiencias y poniéndose a disposición de sus trabajadores. Impulsando que los empleados puedan utilizar los recursos de la empresa como su nombre, su reputación establecida, su experiencia de gestión, asistencia financiera e infraestructura para poder construir.
- La comunicación es fluida. La clave es la transparencia. Los procesos comunicacionales de la compañía deben ser fuertes para que las nuevas ideas puedan ser escuchadas, además de alentar que las actitudes intraempresariales sean compatibles con las operaciones de negocio y la cultura de la organización.
- Se recompensa a los trabajadores. Incentivar que haya iniciativas emprendedoras recompensando a las triunfadoras y comunicando los errores de las que fracasaron para poder ayudar a todos a que puedan aceptar que está bien cometer errores y que el fracaso no tiene que ser castigado.
- Se fomenta el seguimiento y participación en el proyecto. Dejar que los creativos de la idea puedan interactuar activamente con el avance de su proyecto.
Para las grandes empresas, consolidar un ambiente intraemprendedor es una manera de recuperar el espíritu dinámico, mientras que para las empresas más pequeñas puede ser una forma de mantener la unidad empresarial con la que empiezan, y lógicamente tienen una ventaja natural para establecer un entorno de este tipo.
En general, tanto en Argentina como en el mundo, las sociedades y las empresas se están amoldando a esta tendencia casi sin notarlo. Andy Freire explica: «Hay dinámicas que más que adoptarse las impone el contexto, y este es uno de esos casos. En ese sentido, la incorporación de esta filosofía no se da –inicialmente– de forma planificada, sino como una respuesta a los requerimientos de la realidad: los mercados son cada vez más dinámicos, ergo necesito gente dinámica».
Luego, el empresario exige una toma de conciencia para generar las condiciones internas necesarias. «Cada vez existe menos fidelización hacia las empresas y los jóvenes quieren tener mayor autonomía en sus carreras. Por eso, más que preguntarse si como empresa me conviene transitar ese camino o no, la pregunta tendría que estar enfocada a cómo voy a encarar esa transición que es inevitable».
A la velocidad a la que el cambio está ocurriendo en el mundo de los negocios, las grandes empresas que no se suman a la innovación y el intraemprendedurismo comienzan a quedarse en el camino. En cambio las empresas que sí lo hacen seguramente saquen ventaja por sobre sus competidores y prosperen en el futuro.
Fuente: Infobae