La actitud número uno para el lograr el éxito en la vida profesional es la responsabilidad.
¿Cuántas veces al día estas quejándote o señalando a culpables de las cosas que a te pasan?
Si no estás conforme con lo que estás haciendo, si bajaron tus ingresos, si te faltan pacientes, si te cuesta armar un buen equipo de trabajo, si estas desorganizado, si no te salen las cosas o si te cuesta tomar algunas decisiones, no desperdicies un solo minuto de energía, enojo o frustración en buscar culpables.
Concéntrate en las soluciones y en ti.
Ya lo dijo Bryan Tracey, en uno de mis libros favoritos, “¡No hay excusas! El poder de la autodisciplina”.
Entonces sólo di “Espera un minuto, soy responsable. No culpes a otras personas, a la situación, a la crisis a la economía”.
Solo pregúntate ¿Qué puedo hacer para mejorar mi productividad? ¿Qué puedo mejorar para la próxima vez? ¿Qué ideas nuevas puedo aplicar para lo que viene? ¿Quién me puede ayudar con esto?
Porque en el mundo hay dos maneras simples de ver las cosas:
Por un lado, están los que creen que los demás son responsables. Si algo no sale bien, alguien tiene la culpa. De hecho, algunas filosofías políticas solo existen para culpar a alguien más por algo que está mal en alguna parte, de algún modo.
Por el otro está el que tiene otro tipo de mentalidad, una mirada autorresponsable de lo que pasa.
Ahora, ¿Quién crees que es la gente más dedicada, admirada y respetada? ¿Quiénes crees que son los líderes, los que tiene más éxito a largo tiempo? Siempre son las personas responsables de si mismas.
No te imaginas a una persona exitosa que este todo el día culpando a los demás por todos sus problemas.
La autorresponsabilidad es el punto de partida para el éxito de un emprendimiento. Sin ella nada es posible. Claro que no es suficiente para garantizar el éxito, pero es absolutamente esencial.
Por Cristian Kulzer
Instagram: @criskulzer