Hoy te recomiendo otro libro que te ayudará a planificar con calidad todos los procesos de tu servicio. Desde que Masaaki Imai acuñara e introdujera el término kaizen a mediados de la década de 1980, el concepto entró en la arena del management como el posible”elemento perdido” del éxito operacional de las empresas japonesas. Es fundamental entender el concepto de mejora continua y la transformación diaria en todos los niveles de las organizaciones. ”El mensaje de la estrategia de Kaizen es que no debe pasar un día sin que se haya hecho alguna clase de mejoramiento en algún lugar de la compañía.
¿Qué es la filosofía kaizen?
La “filosofía kaizen” o “filosofía de mejora continua” es un método de afrontar el aprendizaje que se basa en el perfeccionamiento constante de nuestras habilidades para realizar cualquier tarea.
La palabra kaizen proviene del japonés. Está compuesta por:
Kai: Cambio
Zen: Bueno
La filosofía kaizen empezó a ser aplicada en el mundo de los negocios y la producción industrial en Japón a partir de los años 50, siendo uno de los factores más determinantes a la hora de convertir a un país en ruinas por su derrota en la II Guerra Mundial en una gran potencia mundial en menos de tres décadas.
En las principales industrias y empresas japonesas, como es el caso de Toyota, rezaba una máxima: “No debe pasar ni un solo día sin que, en algún lugar de la compañía, se haya hecho alguna clase de mejora”. Esta filosofía se basa en la mejora continuada de los procesos de producción y en ella se implica a todos los trabajadores.
Para mejorar cualquier cosa se puede intentar que se haga de forma:
Más fácil
Más precisa
Más rápida
Más barata
Más segura
Más satisfactoria
Estar alerta para detectar procedimientos que representen una mejora, sin detrimento de otras ya alcanzadas, es la base del kaizen. Cuando en nuestra vida cotidiana nos abrimos a este enfoque, las cosas cambian. Si en vez de comportarnos como autómatas, estamos atentos en mejorar, percibiremos que hay rutinas que podemos eliminar, incluir o simplificar.
Se consigue eficacia cuando el objetivo y el método que se utiliza para conseguirlo están equilibrados.
Un método es inadecuado cuando resulta insuficiente para conseguir un objetivo y es un derroche cuando el despliegue de recursos es excesivo. Sólo optimizando el método se consigue la eficacia.
Mira a tu alrededor, en todas partes hay derroche o inadecuación. Trata cada día de optimizar un poco tus métodos. Ten en cuenta que lo que no suma, resta.