Objetivos SMART, objetivos inteligentes

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Para los que no conozcan que significa SMART, es el acrónimo que en inglés se utiliza para definir los criterios de definición de un objetivo. Aunque se atribuye a Peter Drucker, el gurú de la gestión, parece que la primera vez que se tiene conocimiento de la misma apareció en 1981 en un escrito de George T. Doran. Según él, correspondían a Specific, Measurable, Assignable, Realistic y Time Related.

Estos objetivos específicos los llamaremos KPIs (Key Preformance Indicators). En cristiano, son los elementos clave que nos indican como evoluciona el rendimiento de nuestro emprendimiento.

Por ejemplo, imaginemos que quiero aprender inglés. ¿Es este mi objetivo? No, es una afirmación. Un objetivo (goal) es algo muy concreto, mi objetivo es mejorar el inglés que tengo ahora que está en un nivel 0 y quiero llegar a un nivel 1. En este caso:

  1. Estoy definiendo en que estado me encuentro ahora, nivel 0.
  2. Estoy marcando donde quiero llegar, mi objetivo es llegar al nivel 1.

Este tipo de criterios para los KPIs se engloban dentro de las siglas SMART, en donde se establecen una serie de preguntas y/o pautas para plantearlos correctamente y llegar a nuestro objetivo (goal).

Cuántas veces te dijiste: «El lunes empiezo, para mañana lo hago, la semana que viene sin falta…» y así sucesivamente. Recordemos que si un hombre no sabe a qué puerto navega, ningún viento es favorable.

Una breve revisión de que significa SMART en la red me ha dado una simpática sorpresa. Dependiendo de cada autor existen notables diferencias en el significado que le atribuimos a algunas de las siglas:

  • S siempre de eSpecíficos
  • M de Medibles o Mensurables
  • A de Alcanzables, o Ambiciosos, o reAlizables, o de Alineados, o de Acordadas, o de Asequibles, o de Asignados
  • R de Realistas, o de orientados a Resultados, o de Relevantes
  • T de Tiempo determinado, acotados en el Tiempo, limitados en el Tiempo o Temporales.

De estas siglas se desprenden dos líneas definidas. Una parte objetiva que establece el terreno de juego (específico, medible, temporal) y otra subjetiva, que nos habla de capacidad y superación (alcanzables y retadoras), que se dirigen a la persona. De este modo mi propuesta es:

  • S de específicos – no es posible establecer objetivos indefinidos, vagos, en los que no sepamos con exactitud que es lo que se requiere de nosotros. Concretemos.
  • M de medibles – si no pueden medirse ¿Cómo vamos a saber que lo hemos alcanzado? Necesitamos convertirles en algo computable que nos sirva para ver si vamos en la buena dirección, o en su caso si ya hemos llegado.
  • A de alcanzables – ¿Tiene sentido plantear objetivos que no se pueden conseguir? Si no es posible ni nos pondremos en marcha. Si lo son entonces son Realistas, realizables.
  • R de retadores – La contraparte de la anterior. Son alcanzables, pero nos «ponen», nos gustan, nos obligan a salir de nuestro círculo de confort. Es el criterio correspondiente a la superación, a los sueños, a la motivación.
  • T de temporales – Finalmente, necesitamos establecer el tiempo en el cual han de conseguirse los mismos. De nada vale establecer un objetivo si no decimos cuanto tiempo tenemos para cumplirlo. Un día, un mes, un año, diez años, una vida…

Para finalizar, puedes empezar por escribir las respuestas a la siguiente pregunta:

¿Cuáles son los próximos KPIs de tu consultorio o nuevo proyecto?

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