Empezar el año motivado es super alentador, pero algo que sin dudas contribuyo para que pueda mantener ese estado de ánimo, fue haber terminado con una nueva estrella en la camiseta de la selección.
¿Para qué lo voy a negar? Los amantes del fútbol me entenderán, salir primero en una copa del mundo fue, es y seguirá siendo una consagración imborrable.
Pero más allá del logro obtenido, lo que sí nos llamó la atención a casi todos y se habló bastante durante las últimas semanas en diversos canales y medios, fue sobre el “cómo se la ganó”; más precisamente sobre las virtudes y habilidades de la conducción de La Scaloneta y de todo su cuerpo técnico, que influyó positivamente en todos sus jugadores.
La idea de escribir sobre este tema surgió a partir de revisar varios artículos, entre los cuales me identifiqué mucho con los aportados por Fernanda Santágata, periodista especializada en salud, inclusión y autogestión empresarial y María Cecilia Chitarroni, coach ontológico.
Si has llegado hasta aquí, te adelanto que no voy a estar escribiendo de fútbol (de eso se encargaron ya los jugadores) sino de repasar, desde mi punto de vista, las acciones que me marcaron y que bien pueden ser utilizadas en todos aquellos líderes que emprenden como así también dirigen y son responsables de servicios.
Comencemos.
¿Qué significa ese apodo?
La página oficial de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) tiene una entrada que explica este juego de palabras y, que lo define de la siguiente manera: “Subirse a La Scaloneta, significó primero acompañar un proceso sumamente cuestionado que después se resignificó en la máquina nacional y hasta se convirtió en un modo de vivir la vida”.
Para los que no conocen la historia, todo parece haber comenzado después de la goleada 3-0 de Argentina frente a Ecuador por los cuartos de final de la Copa América 2021. Resultado que hizo ilusionar a los millones de fanáticos sedientos de gloria y que fue uno de los primeros grandes pasos previo a la consagración que tendrían más adelante. Post partido los memes no se hicieron esperar y algunos tenían al protagonista, Lionel Scaloni, manejando un colectivo con la frase La Scaloneta.
No hay que olvidar que desde un comienzo el técnico fue muy desacreditado por la prensa (y la gente en general) por su falta de experiencia en el puesto. Ahora aprendí y puedo afirmar que la falta de experiencia no implica que una persona sea mala para sus funciones, simplemente necesita entre otras cosas tiempo.
Pero con el correr de los partidos, el término se había convertido ya en sinónimo de confiar. El público futbolero determinó, mediante el lenguaje popular, que se trataba del sentimiento percibido ante un líder contenedor.
Una conducción firme y sensible, un referente humano y seguro, una cabeza organizada e inspiradora. Y para eso, el primer paso fue, sin dudas, despojarse de los resabios tóxicos del pasado.
Con La Scaloneta hay un cambio de paradigma sobre el tipo de liderazgo que habitualmente se conoce en el fútbol. Su conducción humilde tiene una clara orientación a las personas: ser sociable, cercano y expresivo sin ser exultante, abre mucho potencial para lograr compromisos con responsabilidad y perseverancia.
Algunas características de sus funciones:
Plantea estratégica y tácticamente la formación ante cada partido con los jugadores que sean más propicios para la ocasión. Aunque quizás todos los técnicos lo hagan, la diferencia con La Scaloneta radica en apostar a las personas por sobre la trayectoria, porque eso da oportunidades a los nuevos talentos.
No se asusta en hacer los cambios necesarios en post del equipo (o por lo menos no lo demuestra), se anima a llevar juveniles debutantes o desconocidos para rodearlos por compañeros con experiencia haciéndolos sentir cómodos y muy importantes para todo el equipo. En cualquier grupo humano, cruzar los aportes de los más experimentados y la renovación con los recién llegados, potencia al conjunto.
Las relaciones entre el cuerpo técnico y los jugadores también cambiaron. Lo que antes se basaba en una comunicación acotada, ‘lo justo y necesario’, casi como de un jefe riguroso a empleados rebeldes, sumamente verticalista a una relación que sufrió una transformación completa.
Lleva un liderazgo participativo con sus dirigidos. Logro ser inclusivo, alienta la cooperación y comparte el poder y la información con aquellos a quienes conduce. Tiende a crear y fortalecer las identidades de grupo, la pertenecía y el compromiso.
Este proyecto ha contado con un alto nivel de empatía (aunque no todo el mundo lo vea así) y prevaleció un espacio más “humano”, si lo comparamos con otros mandatos, con un gran predominio de lo emocional, en donde los jugadores no han tenido problemas en expresar sus sentimientos tanto de tristezas y broncas, como de alegría infinita.
Por muchos momentos el cuerpo técnico fue uno más y de esta forma la labor se hizo más natural y distendida.
La humildad es el valor clave de este sistema de liderazgo. No hay una diferencia entre el líder y el resto. Con la Selección no se perciben niveles jerárquicos, sino que existe una distribución de esa responsabilidad con claros roles y con intercambiabilidad, una especie de liderazgo ágil y dinámico. Se ve la celebración colectiva por sobre la celebración individual. Esta distribución de responsabilidades fue lo que permitió democratizar más el sistema para que todos se sientan protagonistas. Pocas veces en el liderazgo es todo perfecto. Parte de lo que hay que entender es que esto fue fruto de un sistema donde se preservó muy poco de lo tradicional y mucho de lo nuevo.
Para hablar en términos empresarios, hubo muy buena diversidad e inclusión en este grupo. Una de las cualidades claves para los equipos de alto desempeño es, justamente, la diversidad con auténtica inclusión.
La Scaloneta encontró su fórmula, y han conformado un extraordinario grupo de seres emocionales que encontraron el éxito, y los resultados están a la vista:
- 1 sola derrota en 42 partidos
- Campeón de la Copa America (Contra Brasil y en el Maracaná)
- Campeón de la Copa Finalissima (goleada a Italia)
- Campeón de la Copa del Mundo 2022 (ganando en la final al último campéon y en la semi, al subcampeón de la copa anterior)
Y lo más importante, es una selección amada y respetada que será recordada por toda su gente.
Mientras en el mundo de las empresas no se ponen de acuerdo cuál es la mejor manera de dirigir grupos, si es vertical u horizontal, parece haber surgido, desde tierras argentinas, una tercera opción: la del líder multidireccional y accesible.
Para terminar, tuve la suerte de poder haber visto y disfrutado de las 3 copas mundiales ganadas por mi selección, y como resaltaba una publicación que circulaba por las redes en estos días, “no soy un viejo, soy un afortunado”.
Por Cristian Kulzer