“Cualquier cliente puede tener el coche del color que quiera, siempre y cuando sea negro”. (Refiriéndose al modelo Ford T, en la primera mitad del siglo XX).
¿Se imaginan a la fábrica dental Kavo ofreciéndole a los odontólogos solamente sillones tapizados de color azul o a VITA vendiendo únicamente su porcelana de color A1?
La verdad es que no.
Una de las teorías era Ford optó por el negro porque la pintura secaba más rápido que otras pinturas de colores disponibles en el momento, y le permitiría construir más coches, ya que no habría que esperar a que la pintura se seque. A pesar de ese motivo, se utilizaron más de 30 tipos diferentes de pintura negra para pintar diversas partes del Modelo T, debido a su aplicación y distintos tipo de secado. Sea cual fuere el motivo, esta decisión no se tomo sin pensar. Cuando Ford fabricó su unidad número 10 millones, 9 de cada 10 coches que circulaban en el mundo eran Ford T. Hoy, en un escenario complejo las clínicas se disputan a los pacientes que a su vez son más exigentes y cuentan con la información necesaria para cada tipo de producto y servicio, pero al observar las publicidades dentales, pareciera que todas ofrecieran lo mismo. Implantes, ortodoncia y blanqueamientos. Puede ser ese orden o en otro, en mayúsculas o minúsculas, en revistas o folletos, más caro o más barato. El paciente que mira estas publicidades siente que le están por vender un coche de color negro, con la excepción que el mercado de hoy no ofrece solo una marca (“llámese consultorio”), sino miles. Finalmente debemos recordar que una diferenciación solo es exitosa si es reconocida por los pacientes, es decir, si hemos logrado construir un posicionamiento exitoso de nuestro consultorio. ¿Y vos, cómo vas a diferenciar tus tratamientos y tu consultorio?
por Dr. Cristian Kulzer