“Calidad de vida no se trata de bienes materiales, sino de sentir que la vida que se estás viviendo es la propia”
¿Estás en una meseta en tu trabajo? ¿Sentís que no avanzas con tu profesión? ¿Estás trabajando a desgano? ¿Estás desmotivado por la profesión que amas? ¿Sentís que tu calidad de vida empeora?
De ser así, estás de algún modo recibiendo un mensaje y que llego la hora de poner un freno, ver hasta donde estas parado y aceptar que tal vez sea momento de dar un cambio en tu vida laboral. Eso es algo que le suele pasar a todos, empresarios, emprendedores, empleados, profesionales independientes.
Escucha las señales
Tanto el estancamiento como la rutina, la falta de motivación y el aburrimiento en el trabajo, son señales de alerta que debemos atender. Si no las escuchamos, es probable que el cuerpo y la mente nos pasen factura. Si las escuchamos, es hora de pensar en cambios. Alterar pequeños cambios en la rutina y aumenten la motivación.
Baraja y da de nuevo
En lo laboral, esto implica salir de la zona de confort, planificar estratégicamente nuevos caminos, tomar decisión y evitar que el miedo te paralice hasta pasar la incertidumbre. El miedo puede ser el gran enemigo y suele ser producto de creencias generadas en la infancia y la adolescencia, mientras construíamos la identidad. Estas creencias parten de mandatos familiares y sociales, que producen ideas de lo que es posible y correcto.
Aquí te dejo algunos consejos para abrir nuevos senderos, para vencer tus miedos, para que trabajes en cuestiones que promuevan la reflexión y te oriente hacia la acción:
- Escucha las señales de cuerpo
- Visualiza donde queres ir
- Aprende de los errores
- Deja a un costado a las personas tóxicas
- Toma esta etapa como una oportunidad
- Desarrolla fortalezas y valores
- Relacionate con más personas
- Escucha, observa y aprende de las personas exitosas
- Formate y entrenate
- Desarrollar la autodisciplina
- Aprende a conocerte
- Establece prioridades
- Distribuí bien el tiempo
Se dice que hay un momento de larva, de capullo, de romper el capullo y de desplegar las alas. Si uno se siente en una meseta, hay que pensar en cuál de estos estadios esta su emprendimiento y no dudar de que se está yendo hacia su transformación. Quizás esto te ayude a vivirlo con menos angustia, conectado a la naturaleza de los cambios inherentes a la vida misma.