A finales de la década de 1940, cuando Toyota sentó las bases de la fabricación o manufactura Lean, su objetivo era reducir los procesos que no aportaban valor al producto final. Al hacerlo lograron mejoras significativas en productividad, eficiencia, tiempo de ciclo y eficiencia de costos.
Gracias a este notable impacto, el pensamiento Lean se ha extendido a muchas industrias y ha evolucionado, tal como lo describe el Instituto de Lean Management.
El Lean es un concepto que busca “aceitar” los engranajes de todos los actores de una empresa, para que funcione más eficientemente.
Dicho de otro modo, se encarga de analizar y eliminar todos aquellos factores, que no agregan valor, de forma tal que puedan evitarse errores, gastos innecesarios y trabas en el desarrollo del servicio que se brinda.
Aunque se lo asocie más a los procesos productivos, el método puede ser extrapolado una clínica dental.
Se trata de un modelo que en involucra a todos los trabajadores, esto es, a todas las áreas, elementos y colaboradores que intervienen en los procesos productivos de una clínica. De esta manera el Lean fomenta el respeto por las personas, el trabajo en equipo y el reconocimiento por los logros.
Básicamente, esta estrategia bien aplicada, permite el acercamiento de una clínica a los mejores estándares de calidad y se basa en 3 ideas muy simples:
- Entregar valor desde la perspectiva de tu paciente.
- Eliminar el desperdicio (cosas que no aportan valor al producto final).
- Apostar siempre junto a todos los colaboradores a la mejora continua (respeto por las personas).
Algunas acciones que pueden aplicarse en una clínica dental y servir de ejemplo son:
Mejorar la eficiencia en todos los procesos y la producción del servicio por la acción conjunta de todos los colaboradores, enfocados en objetivos en común.
Fomentar la responsabilidad y el liderazgo compartido en lugar de mantener un control total de los procesos de trabajo.
Ayudar a reducir los tiempos operatorios en los tratamientos y la duración del mismo con la incorporación de tecnología, protocolos de trabajo y optimización de las agendas.
Contribuir a minimizar los obstáculos o cuellos de botella que se crean en los procesos que habitualmente generan desperdicios en los recursos y una mala imagen para la marca.
Trabajar en perfeccionar la comunicación interna con la creación de normas de procedimiento, digitalización de la información y análisis de datos.
Estar comprometido en la mejora de los procesos realizando reuniones con el equipo de trabajo para discutir lo que se ha hecho, lo que hay que hacer y los posibles obstáculos.
Gracias a sus valores centrales y su impacto positivo en el rendimiento general de las empresas, el concepto Lean parece ser una herramienta de gestión universal, incluso al mundo de las clínicas dentales.
Para finalizar, éstos principios permiten desarrollar un sistema de trabajo que logre responder de manera más rápida, con mayor calidad y eficiencia, a todos los requisitos de los pacientes.
Por Cristian Kulzer