Hace muy poco escuché una entrevista fascinante a Estanislao Bachrach, que estaba presentando su último libro Zensorialmente. Si no lo conoces, es un doctor con mucha experiencia en el campo de la Biología Molecular, autor de otros libros como Ágilmente, En Cambio, En el Limbo y Random.
Entre sus numerosos logros, se destaca su enseñanza e investigación en la prestigiosa Universidad de Harvard, donde recibió el Certificate of Distinction in Teaching Biological Sciences durante cuatro años consecutivos, premio otorgado al mejor profesor en la carrera, y fue nominado para el codiciado Joseph R. Levenson Memorial Teaching Prize.
Lo que resulta aún más intrigante es la razón detrás de su reconocimiento: sus estudiantes lo elogiaron por su disposición a admitir cuando desconocía la respuesta a una pregunta. En lugar de intentar fingir conocimiento o evadir la situación, Bachrach simplemente respondía con un honesto «No lo sé». Esta actitud de humildad y transparencia fue lo que lo destacó como un profesor excepcional.
Esta anécdota me disparó hacia otro lado, y me plantee una pregunta importante:
¿Cuántos de nosotros podemos resistir la tentación de opinar o fingir conocimiento cuando en realidad nos enfrentamos a algo que del cuál no somo expertos?
En el mundo de la odontología, la prevalencia de un ego excesivo es una realidad que a menudo pasa desapercibida. Muchos profesionales tienden a creer que lo saben todo: desde lo aprendido en una especialidad, desde la relación con los distintos tipos de pacientes, desde el campo de la gestión y el manejo de una clínica, hasta el uso de una tecnología de vanguardia. Sin embargo, este exceso de confianza puede convertirse en un obstáculo para el crecimiento y el éxito profesional.
¿Qué es exactamente el ego y por qué puede ser perjudicial en el contexto laboral?
El ego nos proporciona una sensación de autoconfianza y autoestima. Un ego saludable nos permite confiar en nuestras habilidades y capacidades, fortaleciéndonos para alcanzar nuestras metas y superar los desafíos que se presenten en nuestro camino.
Pero en un contexto diferente, se refiere a una sobrevaloración de las propias habilidades y conocimientos, lo que puede llevar a la resistencia a pedir ayuda o asesoramiento externo.
Pero ¿por qué deberían los profesionales dejar de lado su ego “malo” y buscar ayuda cuando la necesiten?
Porque la creencia de creer que se lo sabe todo, puede limitar su potencial e impedir reconocer sus debilidades, a lo que se le cierran nuevas oportunidades o evita buscar colaboración donde más la necesita.
A veces, la mayor fortaleza reside en reconocer cuando necesitas ayuda y estar dispuestos a buscarla.
Reconocer las limitaciones y buscar ayuda externa es el primer paso hacia un crecimiento verdadero y sostenible, así como estar abiertos a aprender y mejorar constantemente.
El caso de contar con una clínica y mas colaboradores, el ego te hace creer que puedes resolverlo todo, cuando en realidad el trabajo en equipo es lo fundamental para el éxito y el crecimiento. La humildad y la disposición para recibir consejos y orientación son rasgos esenciales de un líder efectivo en el campo de la odontología.
La idea de que «yo puedo arreglármelas solo» es una mentalidad común pero potencialmente perjudicial para cualquier emprendedor, incluidos los dentistas.
Aquí profundizamos porque algunas razones por las cuales esta mentalidad puede ser dañina:
Limitación del conocimiento: Nadie puede saberlo todo sobre un campo, incluso si son expertos en él. Hay aspectos de la gestión empresarial, finanzas, marketing, y otros ámbitos que pueden estar fuera del alcance del conocimiento de un dentista. Buscar ayuda externa permite acceder a la experiencia y conocimientos de profesionales especializados en esas áreas.
Falta de perspectiva objetiva: Cuando estamos inmersos en una situación, es fácil perder de vista el panorama general. Un emprendedor puede estar tan involucrado en las operaciones diarias que pierde la objetividad necesaria para identificar problemas y oportunidades. Obtener una perspectiva externa puede proporcionar una visión más amplia y claridad sobre la dirección a seguir.
Ahorro de tiempo y recursos: Intentar resolver todos los problemas por uno mismo puede llevar a una pérdida innecesaria de tiempo, energía y recursos. Al buscar ayuda externa, los emprendedores pueden ahorrar tiempo y centrarse en lo que realmente importa: hacer crecer su negocio.
Desarrollo de habilidades de liderazgo: Reconocer la necesidad de ayuda y delegar responsabilidades es una parte fundamental del liderazgo empresarial. Los emprendedores que confían en su equipo y buscan asesoramiento externo demuestran habilidades de liderazgo sólidas y una mentalidad abierta al crecimiento y la mejora continua.
En resumen, la mentalidad de «yo puedo arreglármelas solo» puede limitar el crecimiento y el éxito de un odontólogo emprendedor al impedir el acceso a conocimientos especializados, obstaculizar la toma de decisiones informadas y frenar el desarrollo de habilidades de liderazgo efectivas.
Es importante reconocer que pedir ayuda no es una debilidad, sino una estrategia inteligente para impulsar el crecimiento y la sostenibilidad de tu clínica.
Cristian